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Las historias de Marta y Fernando

“Una historia de amor tierna y conmovedora por un maestro de la prosa castellana”

Una reseña



Gustavo Martín Garzo nació en 1948 en Valladolid, la ciudad donde reside y trabaja actualmente. Ha publicado numerosos relatos y novelas. Obtuvo el Premio Nadal de 1999 por Las historias de Marta y Fernando. El libro, como el título indica, cuenta la historia de una relación de pareja, es decir de Marta y Fernando que apenas llevan dos años casados. Manifiesta distintos aspectos de la vida de los protagonistas en sus primeros años de matrimonio. La historia nos enseña que la felicidad nunca es simple, sino que está llena de misterios. Eso se analiza mediante diálogos cotidianos entre Marta y Fernando, que se encuentran tan cercanos a la realidad. Además es un conjunto de relatos compuesto por la cotidianeidad de la pareja jóven, así la trama está construida a través de anécdotas y conversaciones. Es que el autor frecuentemente (o quizás demasiado) esboza una imagen como: “Se sentaron en el sofá, y permanecieron abrazados, sin hacer ni decirse nada. Poco a poco la respiración de Marta se fue haciendo más profunda y él se dio cuenta de que acababa de dormirse” (Martín Garzo, 284).
La historia toma plazo en Valladolid, en los años setenta, el tiempo en el que el régimen de Franco desaparece y la Transición se acerca. Pero no se observa mucho ese ambiente, porque como todos los enamorados, Marta y Fernando viven en un universo propio con problemas económicos y pequeñas traiciones que experimentan todo junto. No sólo se puede mirar en el presente de sus vidas, pero también en sus pasados. A pesar de los diálogos entre los protagonistas, hay también monólogos en los cuales hablan sobre sus propios deseos, como por ejemplo el sueño de Marta de tener hijos.                                                                                                                       
El libro muestra algunas cosas típicas de las parejas. Presenta a Marta y Fernando como una pareja que pasea por la calle viendo escaparates. En uno de ellos ella ve una falda que le gusta y quiere probársela. A lo largo de la historia no pasa nada importante, no es un relato especial por su trama o su acción, al contrario, es una novela sencilla, en la que día a día los dos protagonistas se enfrentan al igual que cualquier pareja jóven empezando su vida en común. De esa manera se llega a conocer a Marta y Fernando un poco más cada página. Marta es una chica guapa y la única hija de un notario rico que les ayuda de vez en cuando, ya que ella y Fernando no son ricos. Marta reviste un carácter incomprensible, una chica especial con modo de empleo, a veces cree que todo lo que vive a su lado termina por morirse. Por ejemplo, cuando un vaso se escurrió de sus manos y se rompió, Marta se cortó al ir a recoger los trozos. La herida sangró con abundancia, pero se quedó mirando la herida sin hacer nada. También Fernando nos cuenta que Marta no pertenece a este mundo. “Era como si de pronto, en aquel paraje inclemente, hubiera aparecido una criatura preciosa, una criatura que nadie hubiera visto antes y que no se supiera de dónde venía. Que hubiera aparecido una cierva. Una cierva delicada y vivaz, con esos ojos líquidos que a cada instante parecen decir bébeme” (Martín Garzo, 19).
A veces Marta sufre de ataques de llanto y le dice a Fernando que le odia aunque está loca enamorada de él. A lo largo de la historia Marta también toma una rara decisión; quiere que Fernando no le toque: “- No quiero que me toques. Ni que me beses, ni que follemos ni nada. Sólo por unos días. -¿Se puede saber por qué? –No lo sé muy bien, supongo que quiero probar. -¿Probar? –Sí, probar. Quiero pensar en mí, en nosotros dos. Ser yo de verdad, no una pobre marciana. Y si me tocas pierdo la cabeza y me transformo en lo que tú quieres que sea. Una semana, ¿vale? Sólo te pido una semanita. Luego me tienes a tu entera disposición. Hasta para cocinarme con patatas si quieres” (Martín Garzo, 148). Fernando está confuso pero respeta la decisión. Así se quedan una semana entera en la que no se tocarán. Sin embargo, de repente Marta quiere romper el trato. Fernando no se entrega y quiere cumplir el trato. Cuando se habían cumplido el trato, son felices de nuevo.
Fernando es un carácter mucho menos complicado. Procede de un pueblo, y sólo podía estudiar a base de becas. Al terminar el bachillerato se matriculó en el Conservatorio para hacer la carrera de música y se decidió por el violoncelo. También se hizo comunista. Eso es su forma de hablar del dolor y del pensamiento, del trabajo humano y de la humillación. Trabaja como contable en la Mahon, una fábrica de cerveza y ha conseguido un trabajo adicional como contable en un supermercado y muchas veces está luchando con las cuentas y las facturas. Además es un gran amante de literatura y poesía.
Hay teorías interesantes e historias cautivadores sobre el amor y el destino en la vida para intentar entenderse al mundo. Como cada persona Marta y Fernando tienen muchas preguntas sobre la vida.                                                                        
Es un cuento sobre el amor, la pasión y la solidaridad, pero también sobre la pena y los conflictos. Aunque el libro es sencillo, es un libro realista, y se puede identificar muy bien con las decisiones, las preguntas y los deseos de los protagonistas. En resumen, es un libro que merece la pena leer.

Literatura

Martín Garzo, Gustavo. Las historias de Marta y Fernando. Barcelona: Ediciones Destino, 1999.

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